¡En la diversidad está la riqueza!
El solo hecho de entablar conversaciones con
otras culturas nos permite abrir el espectro y enriquecernos con otros
pensamientos, sentimientos y emociones. De igual forma, el intercambio facilita
la comprensión de otras realidades diferentes a la nuestra.
Es así, como para la formulación de la PPF se
han incluido, en el proceso de investigación, las percepciones de los grupos
diversos y minoritarios, que enriquecieron este diagnóstico.
Los grupos diversos plantean
que existe discriminación y exclusión social comunitaria, familiar,
institucional y Estatal; lo cual afecta las dinámicas de las familias, sus
habilidades de autoproteccion y autogestión.
Las familias cuyos miembros
tienen capacidades especiales, identifican grandes brechas para alcanzar
procesos reales de inclusión frente a la diferencia, desde todos los ámbitos
sociales, culturales y económicos. Se resalta la necesidad de garantizar el
derecho integral a la salud para todos los miembros de la familia.
Las comunidades LGTBI enfrentan,
en su mayoría, rechazo y discriminación desde los núcleos familiares; priorizan la necesidad de desarrollar estrategias
enmarcadas en procesos educativos, socioculturales y económicos, que les
permitan ser sujetos de derecho en la inclusión e igualdad.
En las comunidades afro, la
discriminación y desigualdad que históricamente los ha permeado, se expresa aún
en el siglo XXI a través de la victimización y re-victimización, fenómeno que
los empobrece y, en la mayoría de los casos, los lleva a engrosar los cordones
de miseria en los núcleos urbanos.
En Santander están asentadas comunidades indígenas de
diversos pueblos como el Inga, U’wa, Embera Chami y Barí. Ellos expresan la
necesidad institucional de consolidar un espacio territorial que les permita
garantizar la supervivencia de sus lenguas, cosmogonías, medicina tradicional y
el concepto propio de familia.